Esto que ves es ni más, ni menos que la tarjeta de presentación del Monopolio Global Anti Ganado. Se trata de la estimaciones de la huella de carbono de los productos ganaderos según la EAT LANCET, compañías como Heura, Impossible Burger o Starbucks. Esta entrada va a ayudarte a comprender de qué manera tratan de engañarte y hacerte sentir culpable al basar tu alimentación en alimentos de origen animal. Los datos son de un hilo tan determinante en el mundo anglosajón pero aplicable al nuestro que te lo deberías aprender de memoria.

Introducción

Frank Mitloehner es un reconocido profesor y científico de la Universidad de California en Davis, especializado en la gestión de gases de efecto invernadero en la agricultura y la producción animal. Sus investigaciones se centran en la agricultura sostenible y la comunicación sobre la huella de carbono de la industria ganadera. Mitloehner es ampliamente consultado por su experiencia en la reducción de emisiones en la producción de alimentos.

Los gases de efecto invernadero son como una manta invisible en la atmósfera de la Tierra. Cuando el sol calienta nuestro planeta, estos gases atrapan parte del calor, manteniendo la temperatura adecuada para la vida. Sin embargo, debido a actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, hemos aumentado la cantidad de estos gases. Esto provoca un efecto invernadero amplificado, aumentando la temperatura global y causando cambios climáticos, como el calentamiento global y eventos climáticos extremos.

Hace un tiempo realizó una investigación detallada volcada sobre un hilo de twitter que nos va a servir de guía para entender todo.

Antes pensábamos que una tonelada de “eructos y pedos de vaca” calentaba el planeta 28 veces más que una tonelada de “combustible de coche”. Pero ahora, con nueva información, parece que ese número estaba equivocado. Además, no se ha considerado cómo cambian las emisiones de esos gases de animales con el tiempo. Esto significa que tenemos que ser más cuidadosos al calcular cuánto afecta el gas de las vacas al clima y ser más precisos en nuestros números.

El recuento tradicional de gases de efecto invernadero ignora el impacto de los cambios en las tasas de emisión de metano, al tiempo que exagera enormemente el impacto de las emisiones constantes de metano (como las de los rebaños constantes de ganado en la mayoría de los países desarrollados).

Imagina que tienes dos tipos de coches, uno es un coche deportivo rojo (representando al metano) y el otro es un coche común azul (representando al dióxido de carbono, CO2). Algunas personas creían que el coche deportivo rojo, el metano, era 28 veces más rápido que el coche común azul, el CO2. Pero ahora, los científicos han descubierto que en realidad el coche deportivo rojo es solo 7 veces más rápido, no 28.

Y además, si el coche deportivo rojo va a velocidades más bajas cada año, es decir, si disminuye su velocidad anualmente, entonces su efecto en la velocidad total es aún menor. Así que, si el coche deportivo rojo disminuye su velocidad cada año, su impacto es como si fuera solo 7 veces más rápido que el coche común azul.

Es como si estuvieras comparando dos coches, y uno no es tan rápido ni poderoso como pensábamos, ¡así que no debes preocuparte tanto por él! Pero todavía necesitas conducir con responsabilidad para mantener la seguridad en la carretera y no acelerar demasiado.

“Es indiscutible que esta fórmula es mucho más precisa que la regla contable tradicional. Aún más sorprendente es que si las emisiones de metano de un rebaño individual [de ganado vacuno u ovino] están cayendo en un tercio del uno por ciento por año (eso es 7/2100, por lo que los dos términos se cancelan)… entonces ese rebaño ya no contribuye al calentamiento global.”


https://wattsupwiththat.com/2019/03/30/methane-warming-exaggerated-by-400/ 

Conclusiones

Lo que hemos aprendido es que la agenda global de las dietas basadas en plantas han exagerado la huella de carbono de los productos ganaderos, tratando de influir en nuestras decisiones alimentarias y hacernos sentir culpables por consumir alimentos de origen animal. Frank Mitloehner, un experto en el tema, ha arrojado luz sobre este asunto, demostrando que las estimaciones previas eran incorrectas.

Los gases de efecto invernadero, como el metano, juegan un papel en el cambio climático, pero la forma en que se han calculado y presentado las estimaciones ha sido engañosa. Es importante ser más precisos en nuestros cálculos y tener en cuenta cómo cambian las emisiones con el tiempo.

Debemos ser críticos y estar informados sobre estos temas para tomar decisiones alimentarias y medioambientales informadas y responsables.