Las enfermedades intestinales pueden ser parte de un grupo de problemas de salud relacionados con el sistema autoinmunitario y la acción de un virus específico que se adhiere al revestimiento del intestino. En este post, exploraremos como los aceites de semillas directa o indirectamente a partir de ciertos compuestos (ácidos hidroxieicosatrienoicos (HETE) y compuestos hidroxioctadecadienoicos HODE) muestran una interesante conexión entre la secreción de calprotectina, una proteína vinculada a procesos inflamatorios.

Introducción

Este estudio que ves aquí, mostró los efectos perjudiciales que podrían ser vinculados a la aparición, el desarrollo y el empeoramiento de enfermedades inflamatorias intestinales

El trabajo involucró a un grupo de 62 pacientes todos diagnosticados con este tipo de condiciones y se realizaron análisis comparativos para evaluar las concentraciones de calprotectina en relación con los niveles de derivados del ácido araquidónico. 

La calprotectina es una proteína que se encuentra en el cuerpo humano, específicamente en los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel importante en la respuesta inmunológica ante la inflamación y las infecciones, la cual es liberada por ellos cuando se activan en respuesta a procesos inflamatorios en el cuerpo.

Uno de los usos más destacados de la medición de la calprotectina es como marcador de inflamación en el tracto gastrointestinal. Los niveles elevados de calprotectina en las heces pueden indicar la presencia de inflamación en el intestino, lo que es especialmente útil en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Al medir la calprotectina en las heces, podemos evaluar la gravedad de la inflamación y monitorizar la respuesta al tratamiento en pacientes con estas afecciones.

El ácido araquidónico es un tipo de ácido graso poliinsaturado que se encuentra en las membranas celulares de muchas células del cuerpo, incluidas las células del sistema inmunológico.

Juega un papel crucial en la señalización celular y la respuesta inflamatoria.

Cuando se produce una lesión o una respuesta inflamatoria en el cuerpo, el ácido araquidónico se convierte en una serie de compuestos bioquímicos conocidos como eicosanoides. 

Estos eicosanoides incluyen prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, que son moléculas clave en la regulación de la inflamación y la respuesta inmunológica.

En el contexto de las enfermedades inflamatorias, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, se ha observado que los niveles y la actividad de los eicosanoides derivados del ácido araquidónico pueden estar desregulados, lo que puede contribuir a la inflamación crónica y los síntomas característicos de estas condiciones.

Para medir la cantidad de calprotectina en el estudio y en pruebas diganósticas, se hizo uso de la prueba ELISA, una prueba que recoge muestras de heces para averiguar cuánta calprotectina se encuentra.

¿Qué son HETE y HODE?

Los aceites de semillas ricos en ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs) que encontrarás en aceite de girasol, aceite de soja, aceites de maiz, linaza, canola y otros, son desgraciadamente un común en la mayoría de las dietas occidentales. Estos PUFAs incluyen ácido araquidónico y ácido linoleico, que han sido en innumerables ocasiones asociados y vinculados claramente con la proinflamacion y la aparición de enfermedades.

Ácido Hidroxieicosatrienoico (HETE):

Los HETE son una familia de ácidos grasos oxigenados derivados del ácido araquidónico, un tipo de grasa presente en aceites de semillas como el aceite de cártamo y el aceite de maíz. Estos compuestos pueden actuar como mensajeros químicos en el cuerpo y tienen efectos variados en las células y los tejidos.

Los HETE están involucrados en la regulación de la inflamación y la respuesta inmunológica. Pueden contribuir a la inflamación en algunas situaciones, pero también pueden desempeñar un papel en la resolución de la inflamación y la reparación de tejidos. La presencia de HETE puede ser indicativa de la actividad inflamatoria en el organismo.

Ácido Hidroxioctadecadienoico (HODE):

Los HODE son otro grupo de ácidos grasos oxigenados, derivados del ácido linoleico que se encuentra en aceites de semillas como el aceite de girasol y el aceite de linaza. Al igual que los HETE, los HODE pueden influir en la inflamación y desempeñar funciones en la regulación celular.

Compuestos Secundarios

HETE (Ácidos Hidroxieicosatrienoicos):

  1. 5-HETE (Ácido 5-Hidroxieicosatetraenoico): Este HETE está involucrado en la respuesta inflamatoria y se produce a partir del ácido araquidónico. Se cree que tiene efectos proinflamatorios y está relacionado con la activación de células inflamatorias como los leucocitos.
  2. 12-HETE (Ácido 12-Hidroxieicosatetraenoico): El 12-HETE también se deriva del ácido araquidónico y se ha asociado con la vasoconstricción y la agregación plaquetaria, lo que puede tener un papel en la formación de coágulos sanguíneos y enfermedades cardiovasculares.
  3. 15-HETE (Ácido 15-Hidroxieicosatetraenoico): Este HETE se produce a partir del ácido araquidónico y se ha relacionado con la inflamación crónica y la progresión de enfermedades como la aterosclerosis.
  4. 20-HETE (Ácido 20-Hidroxieicosatetraenoico): Aunque no se deriva directamente del ácido araquidónico, es otro tipo de HETE que se forma a través de rutas metabólicas específicas. El 20-HETE está involucrado en la regulación de la presión arterial y la función renal, y su desregulación se ha asociado con enfermedades cardiovasculares y renales.

HODE (Ácidos Hidroxioctadecadienoicos):

  1. 9-HODE (Ácido 9-Hidroxioctadecadienoico): Se produce a partir del ácido linoleico y se ha asociado con la inflamación y el estrés oxidativo. Puede estar implicado en la formación de aterosclerosis y otras enfermedades relacionadas con la inflamación crónica.
  2. 13-HODE (Ácido 13-Hidroxioctadecadienoico): Al igual que el 9-HODE, se deriva del ácido linoleico y está involucrado en procesos inflamatorios y la regulación del sistema inmunológico. Su papel específico puede variar dependiendo del contexto biológico.

¿Cuáles fueron los resultados del estudio?

Lo interesante es que se encontró que los pacientes con Enfermedad de Crohn tenían, en promedio, concentraciones más altas de estos ácidos grasos poliinsaturados en comparación con aquellos sin la enfermedad.

No obstante, lo sorprendente es que no encontraron una conexión significativa entre estos ácidos grasos y el marcador de calprotectina, que se usa para medir la inflamación en el intestino. Esto sugiere que aunque los niveles de ácidos grasos poliinsaturados eran más altos en pacientes con CD, no estaban directamente relacionados con la inflamación intestinal medida por calprotectina.

Además, se observó que la concentración de HETE, estaba relacionada con la edad en el grupo de pacientes con Enfermedad de Crohn. Esto significa que la cantidad de estos compuestos cambió según la edad de los pacientes. Una tendencia similar se encontró en pacientes con Colitis Ulcerosa, y los ácidos HETE.

En el grupo de pacientes con Colitis Ulcerosa, se pudo establecer una conexión positiva entre la cantidad de calprotectina en sus muestras y los niveles de ciertos ácidos grasos poliinsaturados llamados 5-HETE y 12-HETE. Esto significa que a medida que aumentaban los niveles de calprotectina, también lo hacían los niveles de estos ácidos grasos.

Mi Aporte

Puedo hablar sin lugar a dudas de una hipótesis propia. Es esencial entender que el ácido araquidónico en sí no es inherentemente inflamatorio. Su comportamiento inflamatorio solo se despierta cuando un disparador inflamatorio específico se activa en el cuerpo.

Es como un interruptor que se enciende solo cuando es necesario. Cuando ese interruptor se activa debido a una señal de inflamación, el ácido araquidónico se convierte en sustancias inflamatorias, desempeñando un papel fundamental en el proceso de respuesta inmunológica y regulación de la inflamación.

Este intrincado sistema de señalización incluye a las prostaglandinas, compuestos cruciales que se forman a partir del ácido araquidónico. Las prostaglandinas son como mensajeros químicos que tienen una presencia ubicua en nuestros tejidos y fluidos corporales. Desempeñan una serie de funciones vitales, algunas de las cuales son:

  • Controlar la respuesta inflamatoria del cuerpo, actuando como reguladores maestros de la inflamación según las necesidades del momento.
  • Dilatar los bronquios en los pulmones para facilitar la respiración y la función respiratoria.
  • Mantener el equilibrio adecuado del flujo sanguíneo en nuestros riñones, una función crucial para la homeostasis.
  • Coordinar minuciosamente la comunicación entre nuestras células, actuando como interruptores que abren y cierran canales celulares cuando es necesario.

Para que nuestro organismo funcione en armonía, es esencial que haya un equilibrio cuidadoso entre la inflamación y la capacidad para reducirla. La inflamación es una respuesta natural y necesaria para la curación, pero debe ser controlada. En ocasiones, desequilibrios en los niveles de ácidos grasos de prostaglandinas pueden desencadenar inflamación crónica en el cuerpo.

Es aquí donde entran en juego los tres grupos principales de prostaglandinas: PG1, conocidas por sus propiedades antiinflamatorias; PG3, también con efectos antiinflamatorios; y PG2, que pueden ser proinflamatorias y promover la inflamación cuando su equilibrio se ve perturbado.

Probablemente y de nuevo tiene mucho sentido, la inflamación crónica sea uno de esos interruptores.

Conclusiones

Los hallazgos de este estudio son muy importantes para la forma en que tratamos y seguimos a pacientes con enfermedades intestinales. Representan un avance significativo en nuestra búsqueda de mejores formas de ayudar a las personas que luchan con estas enfermedades debilitantes.

Lo que descubrimos aquí podría cambiar la manera en que cuidamos a quienes tienen estas afecciones y nos acerca a encontrar tratamientos más efectivos. 

También se descubrió que el metabolito 16RS HETE podría ayudarnos a entender mejor cuánto de grave es la colitis ulcerosa. Además, se puedo llegar a la conclusión de que 15-HETE está relacionado con cuánto tiempo dura la enfermedad, lo que nos dice cómo cambia con el tiempo.

Lo importante aquí es que parece que se abre una nueva puerta al deabte y a la investigación cuando finalmente se aceptan lo que para algunos hace tiempo eran conjeturas y datos con “sesgo cetogénico” ya que los aceitesw de semillas a partir de compuestos como el HETE podrían ser más importantes de lo que pensábamos en cómo se desarrolla la colitis ulcerosa. Esto nos da nuevas ideas para investigar y buscar formas de tratarla mejor.