Que la actividad metabólica de nuestras células está íntimamente ligada a la función de las mitocondrias, las cuales actúan como verdaderas centrales energéticas del organismo, no debería ser una sorpresa para ti. Lo que quizá no supieras es que la luz solar también puede influir en este proceso. En particular, la luz roja se ha destacado por su capacidad para potenciar los mecanismos celulares, aumentando los potenciales de membrana mitocondrial y la producción de ATP. ¿Qué significa esto en términos prácticos? 

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Pues bien, un estudio reciente llevado a cabo en individuos sanos reveló resultados sorprendentes. Tras una breve exposición de tan solo 15 minutos a la luz roja, específicamente a una longitud de onda de 670 nm, se observó una reducción significativa en los niveles de azúcar en sangre durante un período de 2 horas después de la ingesta de glucosa. Este descenso del 27.7% en la elevación de la glucosa, junto con una reducción del 5.1% en el pico máximo de glucosa, apunta a la eficacia de esta intervención lumínica. Además, se encontró una correlación entre este efecto y un aumento en la tasa de oxidación, indicando un mecanismo subyacente que contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre. Este hallazgo sugiere que la exposición a la luz de 670 nm podría convertirse en una estrategia prometedora para mitigar los picos de glucosa después de las comidas, lo que podría tener importantes implicaciones en el manejo de la diabetes y la reducción del riesgo de complicaciones asociadas. Lo más destacado de esta intervención es su seguridad y su carácter no invasivo, lo que la convierte en una opción atractiva para el control de la glucosa desde la comodidad del hogar.

Introducción

Las mitocondrias desempeñan un papel crucial en la regulación del metabolismo, pero su actividad también se ve influenciada por la luz solar. Específicamente, la luz roja tiene el poder de aumentar los potenciales de membrana mitocondrial y la producción de ATP, lo que puede resultar en un incremento en la demanda de glucosa por parte del cuerpo. El estudio arriba mencionado comprobó a través de prueba de tolerancia a la glucosa realizado en individuos sanos, cómo la exposición a la luz roja provocaba una notable reducción en los niveles de azúcar en sangre.

Durante un lapso de 2 horas después de la ingesta de glucosa, una exposición de tan solo 15 minutos a una longitud de onda de 670 nm resultó en una disminución del 27.7% en la elevación de la glucosa en sangre. Además, se registró una reducción del 5.1% en el pico máximo de glucosa. Este descenso en los niveles de glucosa en sangre se asoció con un aumento en la presión parcial de CO2 exhalado al cabo de una hora, lo que sugiere que el mecanismo subyacente implica un aumento en la tasa de oxidación. Por lo tanto, la exposición a la luz de 670 nm podría ser utilizada para mitigar los picos de glucosa en sangre después de las comidas, lo que a su vez podría reducir las peligrosas fluctuaciones de glucosa en el cuerpo, un factor de riesgo crucial para las complicaciones diabéticas. Esta intervención, que es segura y no invasiva, podría ofrecer una forma eficaz de controlar la glucosa en la diabetes desde la comodidad del hogar.

Piensa en la longitud de onda de 670 nm como un tipo de luz roja profunda. Es como esa luz rojiza que a menudo ves al amanecer o al atardecer, cuando el sol está bajo en el horizonte. Es esa luz cálida y suave que tiñe el cielo y todo a su alrededor con tonos rojizos. Entonces, si imaginamos un reloj, podríamos decir que la luz de 670 nm correspondería más o menos a las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, cuando el sol está justo sobre el horizonte y emite esa luz rojiza característica.

Mitocondrias y su labor como Proxy

Las mitocondrias, esas pequeñas centrales energéticas de nuestro cuerpo, juegan un papel clave en regular nuestro metabolismo. Pero aquí viene lo interesante: resulta que la luz solar también tiene su relación. Específicamente, la luz roja ha demostrado tener un impacto positivo en el funcionamiento de estas mitocondrias, al aumentar su capacidad para producir energía y, como consecuencia, puede que aumente el uso optimizado de glucosa en nuestro organismo.

El estudio arroajaba resultados bastante sorprendentes al respecto. Al realizar una prueba de tolerancia a la glucosa en personas sanas y exponerlas a la luz roja durante apenas 15 minutos se observaba una reducción de casi un 30% en la elevación de los niveles de azúcar en sangre durante un período de 2 horas después de consumir glucosa. ¡Y eso no es todo! También se registró una disminución de un 5% en el pico máximo de glucosa.

Este efecto positivo en la regulación de la glucosa en sangre se asoció con un aumento en la exhalación de dióxido de carbono al final de la espiración, una hora después de la exposición a la luz roja. Esto sugiere que la exposición a la luz solar podría estar estimulando una mayor tasa de oxidación en nuestro cuerpo, lo que ayuda a regular los niveles de glucosa.

Los Resultados

Los participantes fueron divididos al azar en dos grupos: uno recibió luz de 670 nm (n = 15) y el otro fue asignado al grupo placebo (sin luz) (n = 15). Todos los individuos realizaron pruebas de tolerancia oral a la glucosa en ayunas (OGTT), ingiriendo 75 g de glucosa disuelta en 150 ml de agua. Se registraron los niveles de glucosa en sangre capilar mediante pruebas de punción digital, y se midió la presión parcial de dióxido de carbono en el aire exhalado (EtCO2) cada 15 minutos durante 2 horas mientras permanecían en reposo. Se estableció una línea de base inicial (control) de OGTT para todos los participantes en ambos grupos. 

Dentro de un período de 7 días, se realizó un segundo OGTT, durante el cual el grupo de 670 nm recibió una exposición de luz de 15 minutos con una intensidad de 40 mW cm−2 (28,800 J) sobre un área de 800 cm2 de la piel en la parte superior de la espalda, comenzando 45 minutos antes de consumir la glucosa. Para el grupo placebo, la luz no fue encendida. Las intensidades y tiempos de exposición de la luz fueron consistentes con estudios previos. 

Se realizaron tres comparaciones entre los OGTT para el análisis: (1) Se compararon los resultados de la intervención de 670 nm y del placebo entre las dos poblaciones de sujetos. Para asegurar que los resultados no fueran influenciados por variabilidades individuales notables, se llevaron a cabo comparaciones emparejadas dentro de cada participante entre (2) el control sin 670 nm y los resultados de la exposición a 670 nm, y (3) el control sin placebo y los resultados de la intervención con placebo.

Los participantes del estudio se dividieron en dos grupos: uno recibió luz roja de 670 nm y el otro no recibió ninguna luz. Todos realizaron pruebas de tolerancia a la glucosa y se registraron los niveles de glucosa en sangre y la presión parcial de dióxido de carbono en el aire exhalado durante dos horas. Se observó que la exposición a la luz roja redujo los niveles de glucosa en sangre. Estas diferencias se analizaron entre los grupos y dentro de cada grupo para asegurar la consistencia de los resultados.

La pregunta clave es … si el espectro de luz corresoonde a las primeras horas de la mañana o el atardecer … ¿que hubiera ocurrido si se hubieran expuesto a horas más avanzadas?

Conclusion

Después de analizar los resultados se puede concluir que comer al aire libre puede ser beneficioso para la salud en varias formas. La luz solar, en particular la luz roja, ha demostrado reducir los picos de glucosa en sangre después de las comidas, lo que puede ser especialmente relevante para las personas con diabetes o en riesgo de desarrollarla.

Además de estos beneficios directos para la salud metabólica, comer al aire libre ofrece otros beneficios. La exposición a la luz natural puede mejorar el estado de ánimo, aumentar los niveles de vitamina D y promover un sueño saludable. Además, estar al aire libre fomenta un estilo de vida más activo, ya que las personas tienden a ser más propensas a caminar o participar en actividades físicas cuando están fuera.

Por tanto, comer en exteriores no solo proporciona un ambiente agradable y relajante para disfrutar de las comidas, sino que también puede tener un impacto positivo en la salud metabólica, el bienestar emocional y el estilo de vida activo. Por lo tanto, incorporar la práctica de comer al aire libre siempre que sea posible puede ser una estrategia simple pero efectiva para mejorar la salud y el bienestar general.