En esta sección de “Hábitos de Salud Ancestral”, exploraremos y recuperaremos aquellas prácticas que forman parte de nuestra biología natural y que nunca debimos haber perdido.
Desde la exposición regular a la luz solar, esencial para la producción de vitamina D y la regulación de los ritmos circadianos, hasta la conexión con la naturaleza que promueve la salud física y mental.
Aquí profundizaremos en la importancia de los estresores naturales, como el frío o el ejercicio intenso, los cuales desencadenan mecanismos de hormesis que fortalecen nuestro cuerpo y restauran la homeostasis. Todos estos hábitos, olvidados por el estilo de vida moderno, son esenciales para reconectar con nuestra esencia y optimizar nuestro bienestar a largo plazo.