Calorías. Ejercicio. Dieta hipocalórica. Come menos y muévete más. Te lo pueden pintar como ellos quieran, pero te aseguro una cosa. Como sigas y sigan planteando el absurdo escenario de la solucion del sobrepeso y la obesidad con a partir de estos consejos trasnochados el problema seguirá ahi. Se afianzará ahi. se enquistará ahí, y nada cambiará. A menudo nos encontramos con términos que pueden sonar extraños pero que encierran secretos cruciales para nuestra salud y para garantizar la pérdida de peso. Uno de estos términos es la homocisteína, un aminoácido que, aunque no tan conocido como otros, desempeña un papel fundamental en nuestra salud cardiovascular y otros sistemas pero que sorprendentemente, también lo hace en nuestra capacidad para perder peso.

Imagina este escenario: estás comprometido con un plan de pérdida de peso. Has ajustado tu dieta, has aumentado tu actividad física y estás haciendo todo lo posible para alcanzar tus objetivos. Sin embargo, los resultados no son los esperados. ¿Podría haber algo más en juego que esté obstaculizando tu progreso? La respuesta podría estar en tus niveles de homocisteína.

En este post, exploraremos en profundidad qué es la homocisteína, cómo puede influir en nuestra capacidad para perder peso y qué medidas podemos tomar para abordar este factor subestimado pero crucial en nuestro viaje hacia una salud óptima y un peso corporal equilibrado. Acompáñame mientras desentrañamos el misterio de la homocisteína y descubrimos cómo puede ser un aliado o un obstáculo en nuestro camino hacia una vida más saludable.

Qué es la Homocisteína

La homocisteína es un aminoácido esencial para la producción de proteínas en nuestro cuerpo, actuando como un componente clave en este proceso biológico fundamental. Sin embargo, cuando los niveles de homocisteína se elevan por encima de lo normal, pueden desencadenar efectos adversos en nuestra salud vascular.

Imagina que tu cuerpo es una fábrica altamente sofisticada, donde cada componente tiene una función vital. En este contexto, la homocisteína sería como uno de los ingredientes principales utilizados para construir las proteínas que necesitamos para mantener nuestro cuerpo funcionando correctamente. Sin embargo, al igual que cualquier ingrediente en exceso puede ser perjudicial, un exceso de homocisteína en el cuerpo puede causar estragos en nuestro sistema cardiovascular.

Cuando los niveles de homocisteína se disparan, pueden causar daños en los vasos sanguíneos, aumentando así el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Es como tener demasiada sal en una receta: puede desequilibrar el sabor y tener efectos nocivos si se consume en exceso.

Afortunadamente, existen medidas simples que podemos tomar para mantener bajo control nuestros niveles de homocisteína y proteger nuestra salud vascular.

Cuando pasamos al contexto de la pérdida de peso, éste aminoácido pasa desapercibido, pero necesito que comprendas que es esencial en la optimización de esa balanza.

¿Y qué tiene que ver la Homocisteína con la pérdida de peso?

La interacción entre los niveles elevados de homocisteína y la dificultad para perder peso, así como su relación con la salud de la tiroides, se enmarca en una intrincada -y por qué no, maravillosa – red de procesos bioquímicos y fisiológicos que influyen en el metabolismo y la regulación hormonal en el organismo humano.

La elevación de la homocisteína puede influir en cómo nuestro cuerpo metaboliza las grasas y los carbohidratos, lo cual puede tener un impacto significativo en nuestra capacidad para obtener energía de manera eficiente. Esto se debe a que niveles elevados de homocisteína pueden contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina, un fenómeno en el que las células del cuerpo tienen dificultades para responder adecuadamente a la insulina, una hormona clave en el metabolismo de la glucosa.

El curioso caso del estudio de las ratas con hiperhomocisteinemia

En este estudio, se examinó cómo la hiperhomocisteinemia crónica, una condición asociada con la homocistinuria, afecta la viabilidad celular de las mitocondrias y varios aspectos del metabolismo energético en el músculo esquelético de ratas. La homocistinuria es una enfermedad metabólica que resulta de una deficiencia en la actividad de una enzima llamada cistationina beta-sintasa, lo que conduce a niveles elevados de homocisteína en el cuerpo. Los pacientes con esta enfermedad pueden experimentar una variedad de síntomas, incluida disfunción motora.

Durante el estudio, las ratas fueron tratadas con inyecciones subcutáneas diarias de homocisteína para inducir la hiperhomocisteinemia. Se observó que la homocisteína redujo la viabilidad celular de las mitocondrias y afectó la actividad de enzimas importantes para el metabolismo energético, como la piruvato quinasa y la creatina quinasa. Sin embargo, otros parámetros metabólicos no fueron significativamente afectados por la homocisteína.

Además, se investigó el efecto de la creatina en las alteraciones bioquímicas causadas por la hiperhomocisteinemia. Se encontró que la creatina, cuando se administraba sola o en combinación con la homocisteína, tenía un efecto protector o incluso sinérgico sobre algunos de los cambios provocados por la homocisteína. Sin embargo, la creatina también afectó la oxidación de la glucosa, lo que sugiere que su uso debe ser cauteloso, especialmente en individuos sanos, ya que podría interferir con las funciones fisiológicas normales.

Es importante destacar que este estudio se realizó en ratas y que los resultados no necesariamente se pueden extrapolar directamente a los seres humanos. Se necesitan más investigaciones para comprender completamente los mecanismos subyacentes por los cuales la homocisteína afecta la función muscular y para determinar el papel exacto de la creatina en la prevención de estas alteraciones.

Cuando existe resistencia a la insulina, el cuerpo tiende a almacenar más grasa, particularmente en la región abdominal. Esto puede dificultar la pérdida de peso y aumentar el riesgo de desarrollar condiciones relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2. Además, la disminución de la capacidad del cuerpo para utilizar eficientemente la glucosa como fuente de energía puede llevar a fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre y a una menor disponibilidad de energía para las células, lo que puede afectar negativamente la salud metabólica en general.

  1. Metabolismo de los lípidos y los carbohidratos: La homocisteína elevada puede interferir con las vías metabólicas que regulan tanto el metabolismo de las grasas como el de los carbohidratos. Esto puede ocurrir a través de varios mecanismos, incluyendo la modificación de la expresión de genes relacionados con el metabolismo lipídico y glucídico, así como la alteración de la actividad de enzimas clave involucradas en estas vías metabólicas.
  2. Resistencia a la insulina: La insulina es una hormona crucial para regular los niveles de glucosa en sangre y facilitar la absorción de glucosa por parte de las células para su posterior uso como fuente de energía. Sin embargo, cuando los niveles de homocisteína están elevados, puede desencadenar una cascada de eventos que conducen a la resistencia a la insulina. Esto puede involucrar la interferencia con la señalización normal de la insulina en las células, lo que dificulta que respondan adecuadamente a esta hormona.
  3. Inflamación y estrés oxidativo: La elevación de la homocisteína también puede contribuir al desarrollo de inflamación y estrés oxidativo en el cuerpo. Estos procesos pueden afectar negativamente la función celular y la homeostasis metabólica, lo que a su vez puede predisponer a la resistencia a la insulina y dificultar el metabolismo eficiente de los nutrientes, incluyendo las grasas y los carbohidratos.

Al igual que el anterior con ratas se conoce la relación en humanos. Una revisión (revisión de varios estudios) examinó la relación entre los niveles de homocisteína y la obesidad mediante un análisis combinado. Se encontró que los niveles de homocisteína son más altos en personas con obesidad en comparación con aquellas que no lo son. Esto sugiere una posible conexión entre la homocisteína y la obesidad, lo que podría tener implicaciones importantes para comprender y abordar la obesidad desde una perspectiva metabólica.

Un paso más. La conexión entre la homocisteína elevada y la dificultad para perder peso puede explicarse a través de dos principales mecanismos: la inflamación crónica y el estrés oxidativo, así como la disfunción tiroidea.

La homocisteína elevada está vinculada con un incremento en la inflamación crónica y el estrés oxidativo en el organismo. La inflamación prolongada puede interferir con la señalización hormonal normal, incluyendo la acción de la hormona tiroidea. Esto puede impactar el metabolismo basal, haciendo que perder peso sea más difícil. Por otro lado, el estrés oxidativo puede ocasionar daño a las células tiroideas y perturbar la producción y liberación de hormonas tiroideas. Esto a su vez puede contribuir a trastornos de la tiroides que afectan tanto el metabolismo como el peso corporal.

Además, los altos niveles de homocisteína pueden influir en la función tiroidea interfiriendo con la conversión de la hormona tiroidea T4 (tiroxina) a su forma activa, T3 (triiodotironina). La inflamación crónica asociada a la homocisteína también puede alterar la sensibilidad de los tejidos a las hormonas tiroideas, lo que puede resultar en disfunción tiroidea subclínica. Este desajuste en la función tiroidea puede disminuir el metabolismo basal, haciendo que sea más difícil perder peso, incluso con una dieta y ejercicio adecuados.

La influencia de la homocisteína en la función tiroidea a nivel molecular es compleja e implica varios mecanismos. Para entenderlo mejor, podemos desglosarlo en dos aspectos principales: la interferencia con la conversión de T4 a T3 y la alteración de la sensibilidad tisular a las hormonas tiroideas.

1. Interferencia con la conversión de T4 a T3:
   - La hormona tiroidea T4 (tiroxina) es producida por la glándula tiroides y es relativamente inactiva. Para que sea biológicamente activa, necesita convertirse en T3 (triiodotironina), que es la forma más potente de la hormona tiroidea.
   - La conversión de T4 a T3 ocurre principalmente en tejidos periféricos, como el hígado y los músculos, mediante la acción de la enzima desyodasa.
   - Se ha observado que altos niveles de homocisteína pueden interferir con esta conversión enzimática. Esto puede deberse a varios mecanismos, como la inhibición directa de la enzima desyodasa o la generación de radicales libres que dañan las células tiroideas, reduciendo su capacidad para realizar la conversión.

2. Alteración de la sensibilidad tisular a las hormonas tiroideas:
   - Además de la conversión de T4 a T3, la actividad de las hormonas tiroideas depende de la sensibilidad de los tejidos a estas hormonas.
   - La inflamación crónica asociada con niveles elevados de homocisteína puede afectar la expresión de los receptores de hormonas tiroideas en los tejidos, lo que disminuye su sensibilidad a la acción de las hormonas tiroideas.
   - Esta disminución en la sensibilidad tisular puede llevar a una condición conocida como disfunción tiroidea subclínica, donde los niveles de hormonas tiroideas en sangre pueden estar dentro del rango normal, pero los tejidos no responden adecuadamente a ellas.

En conjunto, estos efectos de la homocisteína en la función tiroidea pueden contribuir a un metabolismo basal reducido y dificultades para perder peso, incluso cuando se sigue una dieta y ejercicio adecuados. Es importante destacar que estos mecanismos son áreas activas de investigación y que se necesitan más estudios para comprender completamente su complejidad molecular.

Y entra en juego la incapacidad de regulación de saciedad apetito … Los Neurotransmisores

Para comprender en profundidad cómo los niveles elevados de homocisteína pueden influir en la regulación del apetito y la saciedad a nivel molecular, es necesario explorar cómo afectan los neurotransmisores y las vías de señalización en el cerebro.

Los neurotransmisores son mensajeros químicos que transmiten señales entre las células nerviosas (neuronas) en el cerebro. Entre estos neurotransmisores, los implicados en la regulación del apetito y la saciedad incluyen la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.

Se ha observado que los niveles elevados de homocisteína pueden afectar la función y la disponibilidad de estos neurotransmisores en el cerebro. Por ejemplo, la homocisteína puede interferir con la síntesis y el transporte de serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo y el apetito. Además, se ha sugerido que la homocisteína puede alterar la sensibilidad de los receptores de dopamina y noradrenalina, lo que podría afectar la percepción del hambre y la saciedad.

Los niveles altos de homocisteína pueden afectar negativamente el cerebro dañando los vasos sanguíneos y las células cerebrales, además de interferir en la producción de neurotransmisores esenciales para la comunicación celular, impactando así en el funcionamiento cerebral y el bienestar emocional.

Además de influir en los neurotransmisores, la homocisteína también puede afectar las vías de señalización en el cerebro que regulan el apetito y la saciedad. Por ejemplo, se ha demostrado que la homocisteína puede activar la vía de señalización del factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1), que está involucrado en la regulación del metabolismo y el crecimiento celular. Esta activación puede aumentar la expresión de genes relacionados con el apetito y la ingesta calórica.

Estos efectos de la homocisteína en los neurotransmisores y las vías de señalización pueden conducir a cambios en los hábitos alimentarios y una mayor ingesta calórica. Esto, a su vez, puede dificultar aún más la pérdida de peso, ya que el exceso de ingesta calórica puede contrarrestar los esfuerzos por reducir el peso corporal mediante la dieta y el ejercicio.

Los neurotransmisores son sustancias químicas que transmiten señales entre las neuronas en el cerebro y el sistema nervioso. Varios de estos neurotransmisores están implicados en la regulación del apetito y la saciedad:

Serotonina: La serotonina es un neurotransmisor que desempeña un papel fundamental en la regulación del estado de ánimo, el sueño y el apetito. Niveles bajos de serotonina pueden estar asociados con un aumento del apetito, mientras que niveles altos pueden promover la saciedad y la sensación de plenitud. Además, la serotonina influye en el control del impulso alimentario y en la regulación del comportamiento alimentario emocional.

Dopamina: La dopamina es otro neurotransmisor clave involucrado en la regulación del apetito y la saciedad. Se sabe que la dopamina juega un papel en la motivación, la recompensa y el placer, lo que puede influir en los comportamientos relacionados con la alimentación. Niveles alterados de dopamina pueden estar asociados con trastornos del apetito, como la obesidad y la anorexia.

Noradrenalina: La noradrenalina, también conocida como norepinefrina, es un neurotransmisor implicado en la respuesta al estrés y la regulación del estado de ánimo y la energía. Se ha sugerido que la noradrenalina puede desempeñar un papel en la regulación del apetito y el gasto energético, aunque su papel específico en estos procesos aún no está completamente comprendido.

Acetilcolina: La acetilcolina es otro neurotransmisor relevante que se ha asociado con la regulación del apetito y la saciedad. Se ha encontrado que influye en áreas específicas del cerebro, como el hipotálamo, que es crucial para la regulación del apetito y el metabolismo. Además, la acetilcolina puede interactuar con otros neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina y la noradrenalina, para influir en el comportamiento alimentario y el control del peso corporal.

Como Corregir la Homocisteína Elevada

Papel de la Vitamina C en la Regulación de la Homocisteína

La vitamina C, conocida científicamente como ácido ascórbico, contribuye a la regulación de la homocisteína a través de diversos mecanismos:

  1. Actuación como Coenzima:
    • La vitamina C es esencial para la actividad de la enzima cisteína beta-sintasa, facilitando la conversión de homocisteína a cisteína. Este proceso no solo reduce los niveles de homocisteína sino que también favorece la producción de glutatión, un antioxidante crucial para combatir el estrés oxidativo en el organismo.
  2. Propiedades Antioxidantes:
    • Su capacidad para neutralizar radicales libres disminuye el estrés oxidativo, un factor que contribuye al aumento de la homocisteína por daño a las enzimas de su metabolismo y por promover inflamación crónica.
  3. Regeneración de Antioxidantes:
    • La vitamina C ayuda a restaurar otros antioxidantes vitales como la vitamina E, el glutatión y la coenzima Q10. Este efecto sinérgico protege a las células y enzimas del daño oxidativo, manteniendo así un metabolismo adecuado de la homocisteína.

Estrategias Integrales para el Manejo de la Homocisteína Elevada

Para contrarrestar los efectos negativos de la homocisteína elevada, especialmente sobre los neurotransmisores y la función cerebral, se recomiendan estrategias basadas en evidencia científica:

  • Suplementación con Vitaminas B:
    • Las vitaminas B, particularmente el ácido fólico (B9), B12 y B6, son esenciales en las vías metabólicas que transforman la homocisteína en metionina y cisteína. Su suplementación ha demostrado ser efectiva en la reducción de los niveles de homocisteína y en la mejora de la función endotelial.
  • Adopción de una Dieta Saludable:
    • Consumir una dieta rica en folato, vitamina B12, y B6, proveniente de fuentes de proteínas y grasas animales así como vegetales de hoja verde, frutas cítricas, pescado, y productos lácteos, es fundamental para mantener niveles adecuados de homocisteína y apoyar la salud endotelial y neuronal.

REFERENCIAS

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