Introducción

Siempre he estado dispuesto al debate. Desde que creé este espacio, he intentado establecer las condiciones adecuadas para aclarar la fuente de conflicto entre dos posturas enfrentadas: los enfoques evolutivos para atletas y personas corrientes, o el impacto que estas tendrían en la Salud al margen del marco de entrenamiento. No obstante, muy a mi pesar, he llegado a la conclusión de que en los formatos actuales, debatir sobre alimentación evolutiva, dietas basadas en animales, el famoso LDL, los niveles de colesterol o el veganismo, lamentablemente son una tontería, una pérdida de tiempo, y una generación de ruido que al paciente o la persona que quiera entender algo, le va a costar separar el ruido del mensaje verdadero. A continuación quiero exponerte mis razones.

La Experiencia Personal en el Debate

He intentado en innumerables ocasiones generar un debate productivo sobre estos temas con figuras destacadas en el ámbito de la nutrición y el deporte. Pero mi intento de dialogar con perfiles con mayor engagement y seguidores en este país siempre terminó en silencio. A pesar de mi disposición, nunca recibí respuesta. Lo que en cierto modo me molestó o me pareció llamativo no fue la falta de respuesta inicial, sino que años después, cuando mi perfil tenía mayor alcance, esas mismas personas me contactaron. Esta situación me dio la sensación de que solo estaban interesados en generar ruido y obtener nuevos seguidores a expensas de un debate genuino.

Los Falsos Debates y las Falacias Comunes

Cuando observamos los debates entre veganos frente a nuestros abordajes alimentarios o estilos de vida sean paleo, carnívoros, o defensores de dietas altas en carbohidratos frente a low-carb y cetogénicas, siempre se presenta una dinámica de descalificación basada en falacias.

Argumento Ad Hominem

En lugar de atacar los argumentos, se ataca a la persona que los presenta. Por ejemplo, en debates entre veganos y carnívoros, es común que algunos defensores del veganismo descalifiquen a los carnívoros llamándolos insensibles o crueles, en lugar de discutir los méritos de sus argumentos. Esta táctica no solo es deshonesta, sino que desvía el foco del debate real.

En los debates actuales sobre temas como la nutrición y las dietas, es común encontrar la falacia del argumento ad hominem. Esta falacia se presenta cuando, en lugar de atacar los argumentos del oponente, se ataca a la persona que los presenta. Por ejemplo, en debates entre veganos y carnívoros, es frecuente que algunos defensores del veganismo descalifiquen a los carnívoros llamándolos insensibles o crueles, en lugar de discutir los méritos de sus argumentos. Esta táctica no solo es deshonesta, sino que desvía el foco del debate real.

Vivimos en un mundo donde, seamos sinceros, la mayoría de la población tiende a quedarse con la palabrería y la verborrea antes que con el verdadero trasfondo de los argumentos. En este contexto, los ataques ad hominem son particularmente efectivos porque apelan a las emociones en lugar de a la razón. La psicología explica este fenómeno a través del concepto de sesgo afectivo.

  • Sesgo Afectivo
  • El sesgo afectivo se refiere a la influencia de las emociones en la toma de decisiones y en la formación de opiniones. Cuando las personas están expuestas a argumentos que apelan a sus emociones, es más probable que reaccionen favorablemente a esos argumentos, incluso si carecen de una base lógica o evidencia sólida. En el caso de los argumentos ad hominem, los ataques personales generan una respuesta emocional fuerte, lo que puede llevar a la audiencia a apoyar al atacante en lugar de evaluar críticamente el argumento en cuestión.

La Dificultad de Eliminar el Ruido y Comunicar el Mensaje

Esta tendencia a priorizar lo emocional sobre lo racional crea un desafío significativo para aquellos que buscan comunicar mensajes basados en hechos y lógica. La palabrería y la retórica emocional pueden fácilmente eclipsar los argumentos bien fundamentados, dificultando que el mensaje real se entienda y se valore adecuadamente.

Argumento ad verecundiam o falacia de autoridad

Apelar a la autoridad sin considerar la evidencia, como por ejemplo: “Los atletas siguen esta dieta, por lo tanto, es la mejor.”

una falacia comúnmente empleada es el argumento ad verecundiam o falacia de autoridad. Esta falacia se manifiesta cuando se apela a la autoridad de una persona sin considerar la evidencia subyacente. Por ejemplo, en discusiones sobre la mejor dieta, es frecuente escuchar afirmaciones como: “Los atletas siguen esta dieta, por lo tanto, es la mejor.” Este tipo de razonamiento es problemático porque se basa en la reputación de una figura pública en lugar de en datos científicos sólidos.

La Influencia del Sesgo de Autoridad

El sesgo de autoridad es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas a atribuir más credibilidad a las opiniones y consejos de figuras de autoridad, independientemente de la evidencia. Este sesgo es particularmente poderoso porque las figuras de autoridad, como los atletas famosos o los nutristars famosos y conocidos con o sin cientos de miles de seguidores, tienen un gran impacto en la percepción pública debido a su éxito y visibilidad. La gente tiende a asumir que lo que funciona para estas figuras también funcionará para ellos, aunque las circunstancias individuales puedan ser muy diferentes.

Ad consequentiam

Afirmar que algo es falso porque no gusta sus consecuencias. Ejemplo: “Si las dietas cetogénicas fueran efectivas, tendríamos que cambiar toda nuestra industria alimentaria.”

Esta falacia ocurre cuando se afirma que algo es falso simplemente porque no gustan sus posibles consecuencias. Un ejemplo típico sería: “Si las dietas cetogénicas fueran efectivas, tendríamos que cambiar toda nuestra industria alimentaria.” Este tipo de razonamiento se centra en las implicaciones no deseadas en lugar de evaluar la validez de la premisa en sí.

La Influencia del Sesgo de Resultados

El sesgo de resultados es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas a rechazar o aceptar una afirmación basada en las consecuencias percibidas de que esa afirmación sea verdadera. En el contexto de la falacia ad consequentiam, las personas permiten que sus sentimientos sobre las implicaciones de una afirmación influyan en su juicio sobre la veracidad de la misma. Este sesgo puede llevar a la gente a ignorar evidencias sólidas simplemente porque aceptar esas evidencias podría resultar incómodo o disruptivo.

Hombre de paja

Distorsionar el argumento del oponente para hacerlo más fácil de atacar. Ejemplo: “Los veganos piensan que todos los que comen carne son asesinos.”

Esta falacia se presenta cuando se distorsiona el argumento del oponente para hacerlo más fácil de atacar. Un ejemplo en debates entre carnívoros y veganos sería: “Los carnívoros piensan que los veganos quieren que todos los que comen carne se sientan culpables.” Este tipo de argumentación simplifica y distorsiona el argumento del oponente, creando una versión más débil y fácil de refutar.

La Influencia del Sesgo de Confirmaión

El sesgo de confirmación es un fenómeno psicológico donde las personas tienden a buscar, interpretar y recordar información de una manera que confirme sus preconcepciones. En el contexto de la falacia del hombre de paja, este sesgo lleva a las personas a aceptar fácilmente las versiones distorsionadas de los argumentos de sus oponentes porque se alinean con sus propias creencias y prejuicios.

Post hoc ergo propter hoc

Asumir causalidad solo por secuencia temporal. Ejemplo: “Después de empezar una dieta baja en carbohidratos, gané peso, por lo tanto, la dieta me hizo ganar peso.”

Esta falacia ocurre cuando se asume causalidad solo por secuencia temporal. Por ejemplo, en discusiones sobre los efectos de las dietas, alguien podría decir: “Después de empezar una dieta baja en carbohidratos, gané peso, por lo tanto, la dieta me hizo ganar peso.” Este tipo de razonamiento es problemático porque confunde correlación con causalidad sin considerar otras posibles explicaciones.

Falacia de punto medio

Asumir que la verdad está en el término medio de dos extremos. Ejemplo: “Ni las dietas altas en carbohidratos ni las bajas en carbohidratos son buenas, debe haber un punto intermedio óptimo sin pruebas que lo respalden.”

Esta falacia ocurre cuando se asume que la verdad debe encontrarse en un término medio entre dos extremos, independientemente de la evidencia disponible. Un ejemplo en discusiones dietéticas sería: “Ni las dietas altas en carbohidratos ni las bajas en carbohidratos son buenas, debe haber un punto intermedio óptimo sin pruebas que lo respalden.” Este razonamiento es problemático porque ignora la necesidad de basar conclusiones en datos científicos y estudios rigurosos.

Término medio no distribuido

Hacer suposiciones generales basadas en un subconjunto. Ejemplo: “Algunos estudios muestran beneficios de la dieta vegana, por lo tanto, es la mejor dieta para todos.”

Esta falacia ocurre cuando se hacen suposiciones generales basadas en un subconjunto de datos. Un ejemplo típico en el contexto dietético sería: “Algunos estudios muestran beneficios de la dieta vegana, por lo tanto, es la mejor dieta para todos.” Este tipo de razonamiento es problemático porque extrapola resultados específicos a una población más amplia sin considerar las limitaciones y la calidad de los estudios en cuestión.

La Influencia del Sesgo de Generalización

El sesgo de generalización es un fenómeno psicológico que describe la tendencia de las personas a hacer inferencias amplias basadas en información limitada. En el contexto de la falacia del término medio no distribuido, este sesgo lleva a aceptar conclusiones generales sin una evaluación crítica de la representatividad y la calidad de la evidencia.

La Importancia de la Calidad de los Estudios

Para entender por qué la falacia del término medio no distribuido es problemática, es crucial considerar la calidad de los estudios que se utilizan para apoyar afirmaciones dietéticas. La mayoría de los estudios sobre dietas, como las observacionales y epidemiológicas, tienen limitaciones significativas:

  1. Estudios Observacionales: Estos estudios observan asociaciones entre variables sin intervenir directamente. Aunque pueden sugerir correlaciones, no pueden probar causalidad. Por ejemplo, un estudio observacional puede encontrar que las personas que siguen una dieta vegana tienen un menor riesgo de enfermedades cardíacas, pero no puede demostrar que la dieta vegana sea la causa directa de esta reducción del riesgo.
  2. Estudios Epidemiológicos: Similar a los estudios observacionales, los estudios epidemiológicos examinan patrones y causas de enfermedades en poblaciones específicas. Estos estudios pueden estar sujetos a sesgos y confusión debido a múltiples factores no controlados, como el estilo de vida y el entorno, que pueden influir en los resultados.
  3. Calidad de la Evidencia: Muchos estudios que apoyan ciertas dietas son de baja calidad debido a tamaños de muestra pequeños, diseños de estudio débiles y falta de control de variables confusas. La falta de ensayos controlados aleatorizados (ECA), que son el estándar de oro en la investigación clínica, limita la solidez de las conclusiones.

La Validez de las Recomendaciones Oficiales y Consensos de Expertos

Las recomendaciones oficiales y los consensos de expertos a menudo se basan en la mejor evidencia disponible, pero esta evidencia puede no ser concluyente. Es importante reconocer que:

  • Consensos de Expertos: Aunque los consensos de expertos pueden proporcionar orientación útil, no son infalibles. Los expertos también pueden tener sesgos y pueden estar influenciados por la evidencia limitada o de baja calidad.
  • Recomendaciones Oficiales: Las guías y recomendaciones oficiales se basan en revisiones de la literatura científica disponible, pero si esta literatura es de baja calidad, las recomendaciones pueden no ser tan sólidas como se percibe.

Ejemplos y Evidencias en el Contexto Dietético

  • Dieta Vegana: Algunos estudios observacionales y epidemiológicos han mostrado beneficios de la dieta vegana, como una reducción en el riesgo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, estos estudios a menudo no controlan adecuadamente variables confusas como el nivel de actividad física, el consumo de alcohol y otros factores de estilo de vida.
  • Dieta Baja en Carbohidratos: Similarmente, se han observado beneficios en estudios de corta duración y con muestras limitadas. No obstante, las conclusiones generales sobre su efectividad a largo plazo y seguridad aún no están completamente respaldadas por ECA de alta calidad.

La Necesidad de Estudios de Alta Calidad

Para superar la falacia del término medio no distribuido, es esencial basar las recomendaciones dietéticas en estudios de alta calidad. Esto incluye:

  1. Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA): Proporcionan la evidencia más sólida al minimizar sesgos y controlar variables confusas. Los ECA bien diseñados son cruciales para establecer causalidad.
  2. Revisiones Sistemáticas y Meta-Análisis: Compilan y analizan datos de múltiples estudios, proporcionando una visión más completa y equilibrada de la evidencia disponible.
  3. Transparencia y Replicación: La transparencia en la metodología y la replicación de estudios son fundamentales para validar los hallazgos y asegurar su aplicabilidad a diferentes poblaciones.

Conclusión

La prevalencia de estos falsos debates y falacias muestra que la discusión sobre temas de nutrición y dietas en los formatos actuales es, en gran medida, infructuosa. La incapacidad de establecer un diálogo basado en evidencias y argumentos racionales ha transformado estos debates en ejercicios de descalificación personal y búsqueda de popularidad, más que en un intercambio constructivo de ideas. Es por esto que considero una tontería participar en estos debates bajo los formatos actuales, ya que rara vez llevan a conclusiones útiles o mejoras en la comprensión pública sobre estos temas.