El estudio de 2021 sobre la dieta carnívora realizado por Harvard es una investigación significativa que arroja luz sobre los efectos de esta dieta en personas que padecen trastornos autoinmunes. De los 2029 participantes involucrados en el estudio, el 56% mencionó haber adoptado la dieta carnívora como resultado de sus problemas autoinmunes.

Los resultados del estudio después de al menos seis meses con la dieta carnívora son igualmente impresionantes. El 89% de los participantes informaron mejoras sustanciales o incluso la resolución completa de sus trastornos autoinmunes. Esto sugiere que la dieta carnívora puede tener un impacto positivo en la gestión de estas condiciones médicas.

La eficacia de la dieta carnívora para tratar los trastornos autoinmunes radica en su capacidad para eliminar numerosas sustancias y compuestos que pueden dañar el organismo y desencadenar respuestas inmunitarias, como por ejemplo:

-Alimentos FODMAP.

-Aceites vegetales industriales.

-Mohos vegetales tóxicos (micotoxinas).

-Aditivos en alimentos procesados.

-Alimentos ricos en carbohidratos y azúcares añadidos.

-Antinutrientes y Toxinas vegetales.

Cuando se eliminan estas sustancias de la dieta y se sustituyen por productos animales nutritivos y ricos en nutrientes, se reduce drásticamente la carga inflamatoria general del cuerpo. Esto puede ayudar a calmar la respuesta inmunológica hiperactiva que caracteriza a los trastornos autoinmunes y, en última instancia, mejorar los síntomas.

La Inflamación, un Disparador de la Autoinmunidad

La relación entre autoinmunidad, inflamación y enfermedades autoinmunes es un tema de gran relevancia en la salud. Cuando hablamos de enfermedad inflamatoria e inflamación crónica, nos referimos a afecciones en las que el sistema inmunológico del cuerpo comienza a atacar sus propios tejidos. Es importante comprender que la inflamación es un proceso natural y esencial que ha evolucionado en los seres humanos a lo largo de millones de años como una respuesta a infecciones y lesiones.

Históricamente, nuestros antepasados cazadores-recolectores tenían una dieta predominantemente carnívora, lo que influyó en el desarrollo de su sistema de respuesta inflamatoria. Sin embargo, en la actualidad, nuestras dietas modernas se caracterizan por un alto contenido de carbohidratos, azúcares añadidos y aceites de semillas industriales, que a menudo se comercializan como “aceites vegetales saludables”. Además, los alimentos vegetales a menudo contienen pesticidas y antinutrientes naturales.

Aunque muchas de estas sustancias no son altamente tóxicas por sí mismas, la exposición continua y a largo plazo a estas sustancias puede causar daño a los tejidos y desencadenar respuestas inflamatorias crónicas que no se resuelven adecuadamente.

Infecciones … CUIDADO

Las infecciones desempeñan un papel importante en el contexto de las enfermedades autoinmunes, y se consideran uno de los desencadenantes significativos en su desarrollo y gravedad. En este proceso, tanto los patógenos virales como los bacterianos pueden estar involucrados. La relación entre las infecciones y las enfermedades autoinmunes radica en la respuesta del sistema inmunológico ante la presencia de estos invasores externos, lo que puede resultar en una reacción autoinmune no deseada que afecta a células y tejidos sanos. A continuación, analizaremos los mecanismos por los cuales las infecciones pueden contribuir a la autoinmunidad de manera más detallada.

  1. Interferencia del sistema inmunológico: Algunos virus tienen la capacidad de interferir con el sistema inmunológico del huésped. Esto puede llevar a una desactivación parcial o total de la capacidad del sistema inmunológico para distinguir entre las células y sustancias propias y las extrañas. Como resultado, el sistema inmunológico puede atacar erróneamente a las células del propio cuerpo, desencadenando una respuesta autoinmune.
  2. Mimetismo molecular: En ciertos casos, los virus y bacterias poseen estructuras moleculares que son similares o se asemejan a las de las células del propio organismo. Este fenómeno se conoce como “mimetismo molecular”. Cuando el sistema inmunológico intenta combatir al invasor, puede confundirlo con las células del cuerpo, lo que provoca una respuesta autoinmune en la que se atacan a sí mismas.
  3. Inflamación y daño tisular: Las infecciones pueden causar daño y provocar inflamación en el cuerpo. Esta inflamación puede tener efectos perjudiciales a corto y largo plazo en las células y tejidos. En individuos con sistemas inmunológicos debilitados que sufren infecciones recurrentes, esta inflamación crónica puede afectar a múltiples sistemas del organismo.
  4. Respuesta inflamatoria anormal: En algunas ocasiones, la respuesta inflamatoria del cuerpo puede volverse anormal, dando lugar a una inflamación crónica. Esta situación puede desencadenar la producción continua de citoquinas inflamatorias, lo que se ha asociado con el desarrollo de enfermedades autoinmunes y condiciones crónicas.

Es importante destacar que prácticamente todas las enfermedades autoinmunes conocidas han sido relacionadas, en mayor o menor medida, con la presencia de infecciones. Estos procesos biológicos y la interacción entre el sistema inmunológico y los agentes infecciosos contribuyen a comprender cómo las infecciones pueden influir en el desarrollo y la exacerbación de las enfermedades autoinmunes.

Un factor a Tener en Cuenta. La Histamina

Puedes leer más aquí: https://www.jota-manifesto.blog/histaminosis-dietas-basadas-en-animales-hay-un-punto-neutro-como-combinar/ 

La relación entre la intolerancia a la histamina y las enfermedades autoinmunes es un tema apasionante y aun por dilucidar al 100%. La histamina es una sustancia química que se encuentra en una variedad de alimentos, especialmente en aquellos que han envejecido o fermentado, y desempeña un papel importante en el sistema inmunológico y la respuesta alérgica del cuerpo. En personas con enfermedades autoinmunes, la intolerancia a la histamina puede ser un problema común.

Uno de los diagnósticos relacionados con la histamina es el síndrome de activación de mastocitos (MCAS), aunque es poco común. La intolerancia a la histamina generalmente se considera un síntoma de un problema subyacente más profundo, como la disbiosis intestinal o el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (CIRS). En estos casos, es esencial considerar una dieta que sea baja en histamina, y la carne se convierte en un elemento clave de esta dieta.

La elección de carne fresca y de alta calidad es esencial para aquellos con sensibilidad a la histamina. Algunas personas pueden encontrar cortes frescos de carne en su carnicería local que sean adecuados para su dieta. Sin embargo, para aquellos que son extremadamente sensibles, puede ser necesario obtener carne directamente de granjas especializadas que se centren en ofrecer productos sin envejecer.

La manipulación y el almacenamiento de la carne también son aspectos críticos a considerar para mantener bajos los niveles de histamina. Mantener la carne congelada puede ser una estrategia útil, y cocinarla mientras aún está congelada puede ayudar a reducir la liberación de histamina. Además, se recomienda minimizar los tiempos de cocción, ya que el calor prolongado puede aumentar los niveles de histamina en la carne. Congelar las sobras también es una práctica que puede ayudar a mantener la histamina al mínimo.

Es importante mencionar que ciertos cortes de carne, como los asados y algunos filetes, pueden tener un mayor contenido de tejido conectivo y colágeno, lo que podría ser problemático para las personas con intolerancia a la histamina. En tales casos, puede ser necesario evitar temporalmente estos cortes hasta que la salud intestinal mejore.

Finalmente, aunque el caldo de huesos se ha destacado por sus beneficios para la salud intestinal, las personas con intolerancia a la histamina generalmente no pueden tolerarlo y deben evitarlo mientras trabajan en su proceso de curación.

Incoherencia Evolutiva

La perspectiva es clara. Quiero sigerirte que las enfermedades autoinmunes contemporáneas son el resultado de una falta de armonía entre la dieta moderna y la fisiología que hemos desarrollado a lo largo de la evolución. Estas enfermedades, a menudo denominadas “enfermedades de la civilización”, se relacionan con la aparición de la agricultura hace unos 10.000 años.

Cabe destacar que estas enfermedades autoinmunes se han vuelto más comunes a medida que hemos adoptado una dieta moderna, caracterizada por un aumento en el consumo de carbohidratos y una disminución en la ingesta de grasas y proteínas de origen animal.

Sin embargo, en sociedades que aún siguen principalmente dietas similares a las de los cazadores-recolectores, que son bajas en azúcares y ricas en grasas y proteínas animales, estas enfermedades inflamatorias son prácticamente inexistentes.

Esta correlación entre la adopción de una dieta basada en carbohidratos y el aumento de las enfermedades autoinmunes ha llevado a la hipótesis de que nuestra fisiología está mejor adaptada a una dieta que se asemeja más a la que seguían nuestros ancestros preagrícolas. La teoría de la discordancia sugiere que las enfermedades autoinmunes son una respuesta del sistema inmunológico a una dieta moderna que no se ajusta bien a nuestras necesidades evolutivas.

La Importancia de un intestino Optimizado

La relación entre la autoinmunidad y el intestino es un tema fundamental en la salud y la nutrición. Los alimentos que forman parte de nuestra dieta moderna desempeñan un papel crucial en el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Para comprender esto, debes darte cuenta de que esencial considerar que estos alimentos pueden ser la causa inicial de daño inflamatorio en nuestro intestino.

Cuando consumimos alimentos modernos, nuestro organismo se expone a diversos elementos que pueden desencadenar respuestas inmunitarias. Estos elementos incluyen fibras, toxinas vegetales, pesticidas, mohos tóxicos y antinutrientes, todos ellos calificados como “antígenos”. Los antígenos son sustancias extrañas y tóxicas que pueden desencadenar respuestas inflamatorias en nuestro cuerpo.

Con el tiempo, estas respuestas inflamatorias pueden debilitar la integridad del revestimiento intestinal. Este proceso puede conducir a un síndrome conocido como “permeabilidad intestinal” o “intestino permeable”. En pocas palabras, esto significa que el revestimiento del intestino se vuelve menos efectivo para cumplir su función de barrera protectora, lo que permite que sustancias indeseables ingresen al torrente sanguíneo.

Este fenómeno es especialmente relevante en el contexto de las enfermedades autoinmunes, ya que una barrera intestinal debilitada puede permitir que los antígenos y otras moléculas lleguen al sistema inmunológico de una manera más directa, lo que podría contribuir al desarrollo y la exacerbación de enfermedades autoinmunitarias.

La permeabilidad intestinal, también conocida como “intestino permeable”, es ese fenómeno en el que la barrera protectora del revestimiento del intestino, que normalmente debería impedir que sustancias no deseadas entren en el torrente sanguíneo, se vuelve más permeable de lo normal. Esto significa que sustancias como azúcares, toxinas y patógenos dañinos pueden atravesar esta barrera y acceder al torrente sanguíneo. Una vez en el torrente sanguíneo, estas sustancias pueden viajar por todo el cuerpo, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud.

Uno de los efectos más preocupantes de la permeabilidad intestinal es su capacidad para propagar sitios antigénicos, es decir, lugares donde el sistema inmunológico puede reconocer estas sustancias invasoras como amenazas y desencadenar una respuesta inmunitaria. Esto a menudo va acompañado de inflamación, que es la respuesta natural del cuerpo ante una amenaza percibida.

Este proceso ha llamado la atención de muchos investigadores, ya que se ha sugerido que la permeabilidad intestinal podría ser una causa subyacente en diversas enfermedades autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes son condiciones en las cuales el sistema inmunológico ataca erróneamente las propias células y tejidos del cuerpo. Si la permeabilidad intestinal permite que sustancias extrañas ingresen al torrente sanguíneo y desencadenen respuestas inmunitarias, esto podría contribuir al desarrollo de estas enfermedades.

Deberías descargarte este EBOOK:

https://www.jota-manifesto.blog/todo-lo-que-siempre-quisiste-saber-de-los-antinutrientes-y-las-toxinas-vegetales/

¿Como se debería trabajar una enfermedad autoinmune con el foco de las dietas carnívoras?

La dieta de eliminación desde la que se parte en una dieta carnívora representa un enfoque altamente específico y riguroso en la búsqueda de controlar los síntomas y llevar las enfermedades autoinmunes a la remisión a través de la intervención dietética. A diferencia de otras dietas de eliminación que pueden incluir alimentos vegetales, el protocolo carnívorto se distingue por su enfoque exclusivamente en alimentos y productos de origen animal.

En este protocolo, se toma una aproximación inicial sumamente deliberada y estricta. El objetivo es identificar de manera precisa si los alimentos de origen vegetal podrían ser una fuente de inflamación. Para lograr esto, deberiamos tener clñaro esto:

Una dieta de eliminación completa y un protocolo de reintroducción cuidadosamente estructurado.

Los aspectos clave:

La Alimentación Evolutiva se basa en un enfoque cuidadosamente estructurado que busca proporcionar una guía nutricional sólida y efectiva. Para comprender mejor esta filosofía alimentaria, desglosaremos los puntos clave en un orden diferente y proporcionaremos una explicación detallada de cada uno de ellos:

Establecimiento de una Línea Base “Base Line” Personalizada: El punto de partida en la Alimentación Evolutiva es identificar una línea base de alimentos de origen animal que se consideren seguros. Estos alimentos son seleccionados debido a su bajo potencial para causar inflamación o reacciones adversas en el organismo. Esta etapa es fundamental, ya que sienta las bases para la dieta.

Reintroducción Controlada: Después de un período inicial de eliminación de alimentos de origen vegetal, se inicia una fase de reintroducción. En esta fase, se prueban cuidadosamente alimentos de origen vegetal de manera sistemática. El objetivo es observar cualquier reacción adversa y determinar qué alimentos podrían ser problemáticos para el individuo. Esta es una parte crucial del proceso, ya que permite adaptar la dieta a las necesidades y tolerancias específicas de cada persona.

Protocolo Semanal y Desintoxicación: Junto con la selección de alimentos, la Alimentación Evolutiva incluye un protocolo semanal y de desintoxicación. Este protocolo tiene como objetivo eliminar posibles toxinas acumuladas en el cuerpo y promover un ambiente interno más saludable. Es una parte integral del enfoque global para mejorar la salud y el bienestar a través de la alimentación.

Alimentos de Origen Animal Seguros: En la Alimentación Evolutiva, la base de la dieta se compone de alimentos de origen animal considerados seguros. Estos alimentos son seleccionados específicamente por su capacidad reducida para causar inflamación y reacciones adversas en el organismo. Esta elección de alimentos forma el cimiento de la alimentación durante la fase de eliminación.

Es importante recordar que se trata de una estrategia dietética que requiere un seguimiento cuidadoso y, en muchos casos, la supervisión de un profesional de la salud. Antes de embarcarse en este tipo de dieta, es crucial consultar con un médico o un dietista registrado para garantizar que sea adecuada para sus necesidades individuales. Además, se debe tener en cuenta que este enfoque dietético es bastante restrictivo y no es apropiado para todos, por lo que la orientación profesional es esencial.

Conclusiones

La dieta carnívora, una opción alimentaria que se ha utilizado de manera efectiva en la gestión de diversos trastornos autoinmunes, ofrece una perspectiva interesante en el ámbito de la salud. La razón subyacente detrás de su eficacia radica en la eliminación de componentes inflamatorios presentes en los alimentos de origen vegetal.

Para entender mejor este enfoque, es esencial considerar que los alimentos vegetales contienen una serie de compuestos que pueden desencadenar respuestas inflamatorias en el cuerpo. Estos incluyen toxinas vegetales, antinutrientes, carbohidratos, azúcares añadidos, fibra, FODMAPS y aceites vegetales. La presencia de estos elementos en la dieta puede promover la inflamación crónica, que a su vez se ha relacionado con el desarrollo y la exacerbación de trastornos autoinmunes.

La inflamación crónica es un término general que abarca una amplia variedad de enfermedades autoinmunes. Estas condiciones se caracterizan por el sistema inmunológico atacando erróneamente las propias células y tejidos del cuerpo. Al eliminar los factores dietéticos que fomentan la inflamación, como los mencionados anteriormente, la dieta carnívora puede ayudar a reducir la carga inflamatoria en el organismo.