¿Sabías que tu cuerpo tiene una respuesta única y asombrosa al frío? La exposición al frío no solo te hace temblar, sino que también desencadena una serie de respuestas fisiológicas intrigantes que afectan a tu metabolismo y tu salud en general. En este artículo, vamos a sumergirnos en el mundo de la fisiología y la bioquímica para entender la conexión entre el frío, la tiroides, la conversión de T3 a T4 y un tipo especial de tejido adiposo llamado “tejido adiposo marrón” (BAT).

Introducción

El frío extremo puede parecer desafiante, pero tu cuerpo está diseñado para enfrentarlo de manera sorprendente. Exploraremos cómo la glándula tiroides, ubicada en el cuello, juega un papel esencial en esta respuesta. Descubriremos cómo las hormonas tiroideas, como la T3 y la T4, se activan para acelerar tu metabolismo y producir calor cuando más lo necesitas.

Pero eso no es todo. ¿Sabías que tienes una fuente de calor adicional en tu pecho? El tejido adiposo marrón, que se encuentra en áreas como el cuello y el pecho, se convierte en un aliado importante en la batalla contra el frío. Aprenderemos cómo este tejido es capaz de generar calor de manera eficiente y contribuir a mantener tu temperatura corporal estable.

Así que prepárate para una inmersión en el emocionante mundo de la fisiología y la bioquímica detrás de la exposición al frío. Descubriremos cómo tu cuerpo responde a las bajas temperaturas y cómo estas respuestas pueden tener un impacto en tu salud y bienestar.

¿Que relación existe entre la exposición al frío, la tiroides y el BAT (tejido adiposo marrón)?

La relación entre la exposición al frío, la tiroides, la conversión de T3 a T4 y el tejido adiposo marrón en el pecho es un tema interesante desde una perspectiva fisiológica y bioquímica. Vamos a analizar cada uno de estos elementos y su conexión:

Exposición al frío: La exposición al frío tiene varios efectos en el cuerpo humano. Uno de los efectos inmediatos es la vasoconstricción de los vasos sanguíneos periféricos para conservar el calor y mantener la temperatura central. Esto se logra mediante la contracción de los músculos lisos en la pared de los vasos sanguíneos, reduciendo así el flujo sanguíneo a la piel y tejidos periféricos.

Tiroides: La glándula tiroides es un órgano en forma de mariposa ubicado en la parte frontal del cuello y juega un papel crucial en la regulación del metabolismo. Produce dos hormonas principales: la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). Estas hormonas son esenciales para el funcionamiento adecuado de diversas funciones corporales, incluyendo el metabolismo energético.

Conversión de T3 a T4: La conversión de T3 a T4 ocurre principalmente en el hígado y en menor medida en otros tejidos, como los músculos y los riñones. La T4 es una prohormona que se convierte en la forma más activa, la T3, mediante la eliminación de un átomo de yodo. La conversión de T4 a T3 es fundamental para que la tiroides regule el metabolismo.

Tejido adiposo marrón (BAT) en el pecho: El tejido adiposo marrón es un tipo de tejido adiposo que se diferencia del tejido adiposo blanco en su capacidad de generar calor en lugar de almacenar energía. El BAT es especialmente activo en la termogénesis, un proceso que aumenta la producción de calor corporal. En humanos adultos, el BAT se encuentra principalmente en áreas como el cuello y el pecho.

La relación entre estos elementos radica en la respuesta del cuerpo al frío. Cuando una persona está expuesta al frío, el cuerpo activa el BAT para generar calor y mantener la temperatura corporal. Esto se logra mediante la activación de la tiroides, que aumenta la producción de T3 y T4 para acelerar el metabolismo y producir calor. La conversión de T4 a T3 es crucial en este proceso para aumentar la actividad metabólica y la termogénesis.

Cómo tu Cuerpo se Calienta con el Frío y las Hormonas

Cuando estás expuesto al frío, tu cuerpo tiene una respuesta inteligente para mantenerse caliente. Piensa en ello como un proceso en dos etapas:

Etapa 1: Adaptación al Frío

  • El frío hace que tu cuerpo active el “sistema nervioso simpático” (SNS), que es como un interruptor de calor.
  • Esto libera una sustancia llamada “norepinefrina” (NE) que inicia dos cosas: primero, hace que tu grasa marrón (sí, tenemos un tipo especial de grasa) libere grasa y capture azúcar para producir calor.
  • En segundo lugar, aumenta una proteína llamada “Ucp1” y la actividad en nuestras células. Esto hace que nuestras células quemen más energía y generen calor.

Etapa 2: Activación de Hormonas

  • Cuando no estás en el frío, tus hormonas T3 y T4, conocidas como “TH”, hacen algo similar pero desde adentro.
  • Estas hormonas activan un “interruptor de calor” en tu cerebro y también trabajan directamente en tu grasa marrón para que libere grasa y queme energía.
  • Además, estas hormonas hacen que las células de tu grasa marrón se deshagan de las partes viejas y dañadas de sus motores (llamados mitocondrias) y reemplacen esas partes para seguir funcionando bien.

Recuerda, cuando hace frío, tu cuerpo hace todo lo posible para mantenerse caliente liberando calorías de tu grasa marrón y quemándolas. Y cuando no hace frío, tus hormonas hacen un trabajo similar desde adentro de tu cuerpo para mantenerte en buena forma y saludable. ¡Es una forma genial en la que tu cuerpo se cuida a sí mismo!

Quiero enfatizar que animo a la experimentación y la exploración de diversas opciones para mejorar la salud. Sin embargo, es importante recordar que la toma de decisiones en la salud no siempre es blanco o negro. Cada persona es única y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Siempre es recomendable buscar una individualización de los proyectos con un profesional antes de realizar cambios significativos en tu persona. La información proporcionada aquí es para fines informativos y educativos, y no debe considerarse como consejo médico. Tu salud es valiosa, y la toma de decisiones informadas es fundamental.

¿Podría la Exposición al Frío ser una herramienta eficaz para revertir el Hipotiroidismo de Hashimoto?

Es ampliamente conocido que las personas con hipotiroidismo, que tienen una tiroides poco activa, tienden a ser más sensibles al frío, lo cual tiene sentido. La tiroides actúa como un regulador de la temperatura corporal. Cuando nos exponemos al frío, la tiroides envía señales a nuestras células de grasa marrón para que comiencen a quemar la grasa almacenada en la grasa blanca, generando calor para mantenernos calientes. Este proceso se llama termogénesis.

Sin embargo, en países industrializados donde prevalece la calefacción central, los trabajos de oficina, y una preferencia por la comodidad térmica, la exposición al frío es una rareza. Esto ha llevado a una población que rara vez activa la grasa parda, y en muchos adultos, esta grasa es prácticamente inexistente. En el pasado, algunos científicos médicos incluso pensaban que la grasa parda se eliminaba naturalmente en los adultos, hasta que se descubrió lo contrario en la década de 1970.

Cuando no tenemos grasa parda, nuestro cuerpo recurre al temblor como respuesta para generar calor cuando estamos expuestos al frío. Sin embargo, para la mayoría de los adultos modernos, especialmente aquellos con hipotiroidismo, la termogénesis de la grasa parda simplemente no está disponible, lo que lleva al temblor.

Este es el motivo por el cual el consejo médico convencional para quienes experimentan intolerancia al frío debido al hipotiroidismo es mantenerse en ambientes cálidos y evitar la exposición innecesaria al frío. Aunque esto puede proporcionar alivio temporal, podría no ser la estrategia adecuada para abordar el Hashimoto.

Las diferentes experiencias que he tenido con diversas experimentadoras siguiendo un enfoque contrario al consejo tradicional, exposición a bajas temperaturas e incluso baños de hielo, indicando a sus cuerpos que reclutaran nuevas células de grasa parda favoreció su salud e incluso revertió su enfermedad de Hashimoto. Los estudios sobre la relación entre la función tiroidea y la grasa parda han demostrado la influencia de las hormonas tiroideas en la activación de la termogénesis de la grasa marda. Esto sugiere que la exposición al frío podría desencadenar una respuesta beneficiosa para aquellos con una tiroides poco activa.

Me encantaría decirte que esta es la mejor estrategia para todos pero, no es así. No es una solución definitiva ya que cada individuo es único. Algunas personas pueden encontrar beneficios en la exposición al frío, mientras que otras no. Además, la investigación sobre este tema está en desarrollo y se necesita más evidencia científica.

La Realidad detrás de la exposición al frío y las estrategias de Baños de Agua Fría

Cómo Iniciar tu Viaje en la Exposición al Frío: El Papel de la Temperatura

La experiencia de sentir frío varía de persona a persona, ya que cada uno de nosotros tiene una percepción diferente. No existe una respuesta universal, ya que la sensación de frío es subjetiva y depende de diversos factores. No obstante, es esencial encontrar una temperatura que desafíe tus límites sin poner en riesgo tu bienestar.

Para algunos, una temperatura de alrededor de 15°C puede proporcionar la sensación de frío deseada, mientras que otros pueden preferir temperaturas aún más bajas, alrededor de 6°C, para alcanzar esa misma percepción. El truco consiste en identificar el punto en el cual sientes que el frío es lo suficientemente intenso como para ser un reto, pero aún manteniendo la seguridad y la comodidad.

Además de la temperatura, la duración de la exposición al frío también desempeña un papel importante en la respuesta fisiológica. Estudios científicos han demostrado que sumergirse en agua fría, aproximadamente a 15°C, durante una hora, manteniendo la cabeza fuera del agua, puede generar incrementos significativos y prolongados en los niveles de dopamina en el cuerpo. Otros estudios han observado aumentos notables en la epinefrina en tan solo 20 segundos de exposición a agua extremadamente fría, alrededor de 4°C.

No obstante, la seguridad es fundamental cuando te expones al frío de manera controlada. Aquí te presentamos algunas precauciones clave:

Prioriza la Seguridad: Al igual que con cualquier actividad física, la seguridad es lo primero. Si sientes entumecimiento, mareos intensos u otros síntomas preocupantes, es esencial buscar un lugar cálido de inmediato.

Evita la Hiperventilación: No realices respiraciones rápidas y profundas antes o durante la exposición al frío, ya que esto puede aumentar el riesgo de perder el conocimiento. Respira de manera normal y controlada para mantener un equilibrio adecuado de oxígeno y dióxido de carbono en tu cuerpo.

Inicio Gradual: Comienza con temperaturas más cálidas y reduce progresivamente. Esto permite que tu cuerpo se adapte de manera gradual al cambio de temperatura y reduce el riesgo de un choque por frío repentino.

Mi Estrategia Personal: ¿Cuánto y Cuándo?

Mi enfoque personal implica alrededor de 10 minutos totales a la semana durante el invierno, cuando las temperaturas son más frías, y alrededor de 15 minutos con agua menos fría en primavera y verano. Nunca realizo exposiciones largas el mismo día, sino que las distribuyo a lo largo de varios días y horas a la semana. Esto me permite obtener los beneficios deseados de manera continua.

En cuanto al momento del día, es recomendable realizar la exposición al frío durante las primeras horas del día. Esto se debe a que, desde un punto de vista fisiológico, existen mecanismos que activan el cuerpo, manteniéndonos alerta cuando estamos expuestos al frío. Además, es aconsejable permitir que el cuerpo se recaliente por sí solo después de la exposición al frío en lugar de secarse rápidamente, ya que esto puede maximizar los beneficios metabólicos.

El Punto Extra: Cómo Secarse y Potenciar los Beneficios Metabólicos

Aquí entra en juego el “Principio de Søeberg,” basado en la investigación de la Dra. Susanna Søeberg, una experta en exposición al frío. Este principio se centra en permitir que el cuerpo se recaliente por sí solo después de la exposición al frío, lo que puede mejorar los efectos metabólicos. Cuando temblamos, permitimos que el cuerpo potencie aún más los beneficios metabólicos del frío. Para seguir este principio, evita cruzar los brazos cuando sientas frío o después de salir del agua y no te seques rápidamente. De esta manera, permites que el cuerpo se recaliente y se seque de forma natural.

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Conclusiones

En este viaje por el mundo de la fisiología y la bioquímica, hemos explorado los intrincados mecanismos detrás de la relación entre la exposición al frío, la tiroides, la conversión de T3 a T4 y el tejido adiposo marrón en el pecho. Lo que hemos descubierto es una fascinante sinfonía de respuestas corporales diseñadas para proteger nuestra temperatura central y mantenernos cálidos en las condiciones más adversas.

Cuando nos enfrentamos al frío, nuestro cuerpo despliega una serie de estrategias ingeniosas. La glándula tiroides se convierte en una directora de orquesta, aumentando la producción de hormonas tiroideas T3 y T4 para acelerar nuestro metabolismo y generar calor interno. Este proceso es esencial para nuestra supervivencia en condiciones frías.

Pero la sorpresa no termina aquí. Descubrimos que nuestro cuerpo es un compositor maestro que utiliza el tejido adiposo marrón, ubicado estratégicamente en el pecho y otras áreas, como una fuente adicional de calor. Este tejido se convierte en un aliado valioso al generar calor de manera eficiente y contribuir a mantener nuestra temperatura corporal estable.

En resumen, la exposición al frío no solo nos hace tiritar, sino que también nos muestra la asombrosa capacidad de adaptación de nuestro organismo. A medida que exploramos estos mecanismos fisiológicos y bioquímicos, ganamos una mayor apreciación por la complejidad y la maravilla de la vida humana.

A medida que avanzamos en nuestro conocimiento de cómo nuestro cuerpo responde al frío, también podemos encontrar formas de aplicar estos conceptos para mejorar nuestra salud y bienestar. Ya sea a través de la termogénesis inducida por el frío o simplemente comprendiendo mejor nuestra propia biología, podemos aprovechar estos conocimientos para vivir vidas más saludables y plenas.

Así que, la próxima vez que sientas el frío en tus huesos, recuerda que tu cuerpo es una máquina asombrosa, lista para enfrentar el desafío y mantener tu temperatura corporal en equilibrio. En esta sinfonía del frío y la fisiología humana, somos los actores principales, y la melodía que tocamos es la de la adaptación y la supervivencia.

Algunas Referencias

Maushart CI, Senn JR, Loeliger RC, Kraenzlin ME, Müller J, Becker AS, Balaz M, Wolfrum C, Burger IA, Betz MJ. Free Thyroxine Levels are Associated with Cold Induced Thermogenesis in Healthy Euthyroid Individuals. Front Endocrinol (Lausanne). 2021 Jun 14;12:666595. doi: 10.3389/fendo.2021.666595. PMID: 34194392; PMCID: PMC8236885.