Desde una perspectiva estoica, aunque la ira pueda aparecer como una respuesta inicial a ciertos estímulos, pero nosotros tenemos la capacidad de elegir cómo gestionarla. Esto se alinea con lo que sabemos de la neurociencia, que confirma que, aunque la ira tiene bases automáticas en nuestro cerebro, también contamos con mecanismos conscientes que nos permiten regularla. Aprende cómo. La ira…